Cólico del lactante: Causas y soluciones para calmar el llanto constante del bebé
Causas del llanto en los bebésLos recién nacidos, bien en este mundo, son pequeños, inmaduros y frágiles, y totalmente dependientes de los adultos para sobrevivir. No pueden hablar, andar ni alimentarse por sí mismos, ni pueden cambiar de postura, ni siquiera sostener el peso de su cabeza. Pero hay algo que saben hacer muy bien: llorar.
¿Por qué motivos lloran los bebés? Pues vamos a verlo y, el que avisa no es traidor, de lo primero que suelen hacer los bebés nada más nacer es llorar. Es el primer llanto que a madres y padres suele sonarles a música celestial, pero a partir de allí el llanto pasa a ser más bien un sonido molesto e incluso angustioso que nos mueve a hacer lo que sea para silenciarlo. De hecho, precisamente en eso consiste su función, es una señal de alarma que nos indica que el bebé está mal, que algo le pasa, y entonces empieza la tarea de madres y padres de descifrar qué es lo que le pasa: hambre, sueño, frío, calor, ¿le dolerá algo?, ¿estará sucio? Estas son las cosas que primero se nos pasan por la cabeza y solemos hacer un repaso a todo esto hasta que detectamos el problema y lo solucionamos.
A veces la respuesta es bastante evidente en forma de pañal bien cargadito o de hambre. ¿Vale? Pero cuando no es esto, pues nos puede costar un poco descifrarlo, al menos los primeros meses cuando todavía no nos conocemos tanto. Cuando no es nada de esto, entonces pensamos que quizás algo pueden ser los dientes, y cuando la cosa va más allá, es probable que nos empecemos a preguntar: ¿o quizás nos empiezan a sugerir que lo que le pasa es que está teniendo los famosos cólicos del lactante?
Los cólicos del lactante
¿Qué es exactamente eso del cólico del lactante? Los cólicos se refieren a episodios recurrentes y prolongados en los que el bebé llora de forma intensa e inconsolable, normalmente por la tarde-noche, durante tres horas al día, al menos tres veces por semana, durante al menos tres semanas, y todo esto sin conocer la causa de este llanto. Si cumple con estos criterios, pues se le pone entonces nombre y dejamos: cólico del lactante. Pero, en realidad, muchas veces sigue sin estar claro qué es lo que le pasa o a qué se deben esos llantos. Esto es algo que ocurre con bastante frecuencia, no sólo uno de cada cinco bebés, aproximadamente, pues padecen estos cólicos durante los primeros meses de vida.
Suelen empezar entre la segunda y la cuarta semana de vida, más o menos, y suelen durar unos tres o cuatro meses. La buena noticia es que, a partir del cuarto mes, suelen remitir si es que normalmente. ¿Entonces, se puede hacer algo para prevenir los cólicos? Afortunadamente, sí, aunque muchas veces no está claro qué es lo que le pasa a estos bebés sí que se piensa que puede estar relacionado con el estrés que van acumulando.
En este artículo encontrarás consejos para enfrentar los llantos inconsolables de tu bebé, mejorando su bienestar y evitando el estrés. Durante el día, es importante satisfacer las necesidades básicas del bebé, como la alimentación y el sueño. También debemos tener en cuenta otros factores que pueden contribuir a estos episodios de llanto. A continuación, te mostraremos cómo abordar cada uno de ellos.
Alimentación
Los bebés tienen la costumbre de disfrutar de una alimentación constante, ya que en el vientre materno no necesitaban pedirlo. Por esto, es fundamental anticiparnos a las señales tardías de hambre, como el llanto desesperado. Alimentarlo antes de que se ponga rojo y llore nos hará más relajados. Además, comerán de forma más relajada, evitando tragar demasiado aire, lo cual puede causarles malestar.
Confort
Otro factor importante es asegurarnos de que el bebé esté cómodo en cuanto a la temperatura y el estado del pañal. Es esencial prestar atención a su incomodidad debido al frío o calor excesivo, así como al pañal sucio. Si resolvemos rápidamente estas situaciones, evitaremos el malestar y los llantos insoportables. Un culito irritado puede causar muchas molestias, especialmente para aquellos bebés con piel sensible.
Dolor
El llanto inconsolable también puede ser indicativo de que el bebé está experimentando algún tipo de dolor. Puede ser causado por problemas como otitis, infecciones urinarias, dificultades digestivas o alergias. Es fundamental consultar con el pediatra para descartar cualquier problema y encontrar soluciones adecuadas.
Estimulación
Por último, es importante tener en cuenta el nivel de estimulación al que sometemos a nuestro bebé. A veces, queremos retomar rápidamente nuestra rutina previa a tener hijos y nos olvidamos de que el bebé todavía no está acostumbrado a nuestro ritmo de vida. El mundo adulto puede resultarle agotador y excesivamente estimulante. Es necesario adaptarnos a sus necesidades y proporcionarle un entorno tranquilo y seguro.
La importancia de la estimulación en los bebés
Es fundamental proporcionar una estimulación adecuada a los bebés. La falta de estimulación puede provocar estrés y llanto en los bebés, lo cual puede preocupar a las familias. A veces, las causas del llanto no son obvias, ya que el bebé está limpio, alimentado, abrigado y sin dolor, según la pediatra. Sin embargo, es importante recordar que los bebés necesitan estímulos y contacto con sus cuidadores para sentirse tranquilos y seguros.
La importancia de los brazos y el contacto físico
Es crucial entender que coger a los bebés en brazos no es malo ni un capricho, sino una necesidad natural para ellos. Durante la gestación, los bebés estaban acostumbrados a estar en constante movimiento y contacto físico. Por tanto, es comprensible que quieran seguir teniendo ese tipo de estímulo una vez nacidos. Cogerles en brazos, abrazarles, acariciarles, darles masajes, cantarles y hablarles resulta positivo y fomenta su desarrollo emocional y físico.
El manejo de la frustración en los bebés
Los bebés también pueden experimentar frustración en algunos momentos. Pueden sentirse incómodos, tener hambre, dolor o simplemente desear la compañía de su madre. Sin embargo, en ocasiones no es posible satisfacer inmediatamente todas sus necesidades. A pesar de ello, es importante comprender sus sentimientos y ofrecerles consuelo en la medida de lo posible. Asimismo, es esencial crear un entorno seguro y estimulante para que puedan explorar y aprender a lidiar con la frustración.
¿Por qué lloran los bebés?
En el proceso de cuidar a un bebé, uno de los desafíos más grandes es entender por qué lloran. Hay muchas razones que pueden hacer que un bebé llore, y es importante poder identificarlas para poder ayudarlos mejor. A continuación, veremos algunas de las causas más comunes:
Hambre
Los bebés tienen un apetito voraz y necesitan alimentarse con frecuencia. Pueden ponerse nerviosos si no obtienen toda la leche que necesitan. En algunos momentos, como los brotes de crecimiento, pueden necesitar más leche de lo habitual y frustrarse si no la obtienen. Estas crisis se pueden dar en momentos específicos como los 17-20 días, las seis-siete semanas, los tres meses, el año o los dos años.
Pañal sucio
Cuando un bebé tiene un pañal sucio, puede generar incomodidad y causar llanto. Es importante revisar regularmente el pañal del bebé y cambiarlo cuando sea necesario.
Sueño
El sueño es fundamental para el desarrollo del bebé. Si están cansados, pueden llorar para expresar su necesidad de dormir. Es importante establecer una rutina de sueño para ayudarles a descansar adecuadamente.
Malestar físico
Los bebés pueden llorar si tienen algún malestar físico, como dolor o molestias. Puede ser útil revisar si tienen alguna zona sensible o si están enfermos.
Necesidad de contacto
Los bebés necesitan el contacto físico y emocional de sus padres. Pueden llorar si se sienten solos o necesitan cercanía. Tomarlos en brazos, abrazarlos y ofrecerles cariño puede ser reconfortante para ellos.
Estímulos intensos
Los bebés son muy sensibles a los estímulos. Pueden llorar si están sobrepasados por ruidos fuertes, luces brillantes o situaciones nuevas. Es importante crear un entorno tranquilo y calmado para evitar sobrecargarlos.
Es fundamental entender que los bebés lloran como forma de comunicación, y es nuestro rol como cuidadores poder identificar y responder a sus necesidades. Observar y escuchar atentamente, así como ofrecerles consuelo y calma, puede ayudar a reducir su llanto.
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