Identificando señales de alerta en el desarrollo del bebé de 12 a 24 meses
Parte 2: Signos de alarma en el desarrollo a partir del primer añoDesarrollo motor
Empecemos por el primer bloque que hace referencia al movimiento y la capacidad de manipular objetos a partir del primer cumpleaños. Nos alertará que aparezcan movimientos que nos parecen anormales o que dan la impresión de darse de forma involuntaria. Es importante estar atentos a los movimientos estereotipados, que son aquellos que se presentan de forma repetitiva y sin un propósito final. Un movimiento con intención implica un desplazamiento, señalar algo o alargar la mano para agarrar algo que nos interesa. Si observas algún movimiento que te parezca extraño, te recomiendo grabarlo para poder enseñarlo a la pediatra y obtener su opinión profesional.
Desarrollo social y afectivo
Continuando con el desarrollo, ahora nos centraremos en el bloque social y afectivo. A partir de los 12 meses, es importante que el niño o niña comience a mostrar interés por interactuar con otras personas, tanto adultas como niños de su edad. Es normal que se muestren tímidos o reticentes al principio, pero a medida que pasa el tiempo, deben ir desarrollando habilidades sociales y emocionales. Es recomendable observar si el niño muestra rechazo constante hacia el contacto físico, no muestra interés por compartir juegos o no responde a estímulos sociales como sonrisas o caricias. Si identificas alguna de estas señales, podría ser un signo de alarma en su desarrollo social y afectivo.
Desarrollo del lenguaje
Por último, hablaremos sobre el desarrollo del lenguaje. A partir del primer año, se produce una explosión en el desarrollo del lenguaje de los bebés. Es importante estar atentos a que el niño o niña comience a emitir sonidos y balbuceos, así como a su capacidad para comprender y responder a palabras y gestos sencillos. A medida que pasa el tiempo, deben ir ampliando su vocabulario y comenzar a formar frases sencillas. Si notamos que el niño no muestra progresos en el desarrollo del lenguaje, como falta de balbuceo o dificultad para comprender instrucciones sencillas, podría ser un signo de alarma.
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El juego es fundamental en el desarrollo de los niños. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso estereotipado de los juguetes puede indicar ciertos problemas en su desarrollo neurológico. Por ejemplo, si un niño se dedica a ordenar repetitivamente los cochecitos en lugar de jugar imaginando carreras, puede ser un signo de alerta.
Además, es necesario prestar atención a la forma en que los niños juegan, ya que nos brinda información importante sobre su desarrollo neurológico. Por lo tanto, es crucial observar si el niño muestra intencionalidad interactiva y reciprocidad a la hora de jugar, es decir, si busca compartir sus intereses y preocupaciones con los cuidadores y si responde a los intentos de atención de los mismos.
A los 12 meses, es importante estar alerta a ciertos signos de alerta en el desarrollo social y afectivo. Por ejemplo, si el niño no muestra intencionalidad interactiva ni reciprocidad, puede ser un indicio de problemas en su desarrollo.
Es necesario resaltar que la imitación directa también es un aspecto relevante a considerar. Si el niño no imita gestos o acciones que observa, puede ser motivo de preocupación.
Otro signo de alerta es si el niño cambia constantemente de una acción a otra sin mantener su atención durante más de unos segundos. Aunque es importante tener en cuenta que a esta edad muchos niños son muy movidos e inquietos, si no se presentan otros signos de alarma, es probable que no haya ningún problema real.
Recuerda que es importante seguir observando y escuchando a los niños, y en caso de dudas o preocupaciones, consultar con profesionales especializados en el desarrollo infantil.
En los primeros 18 meses, se da un momento clave en el desarrollo social del niño o niña. Aquí habrá varios signos de alerta. El primero de ellos es que no sean capaces de reconocerse en el espejo. Esto es un indicador importante de su desarrollo social.
El segundo indicador es que no sean capaces de expresar sus emociones o ideas. Aquello que está en el mundo de su mente, no en el mundo físico. Obviamente, hasta esta edad lo harán de manera bastante primaria y poco desarrollada, pero ya hay algunos primeros signos de lo que llamamos representación mental. Hay tres indicadores principales:
- El más evidente es el lenguaje, del cual hablaremos más en detalle en el tercer bloque.
- La capacidad de imitación indirecta, es decir, de imitar gestos y acciones cuando no los están viendo, como por ejemplo hacer el gesto de beber agua cuando tienen sed.
- El juego simbólico, del cual os quiero hablar un poco más. Este tipo de juego es un indicador clave en su desarrollo social.
El juego simbólico aparece en torno a los 15 meses y es un signo de alarma cuando no aparece antes de los 24 meses. Se refiere a la utilización de objetos en el juego, atribuyéndoles propiedades que en realidad no tienen, mediante el uso de su imaginación. Por ejemplo, puedo hacer como que me sirvo un té y me lo bebo, pero realmente no me estoy bebiendo un té. Estoy utilizando estos objetos en mi imaginación para simular que lo estoy haciendo. Otros ejemplos serían utilizar muñecos como si fueran personas, o hacer como que hablan por teléfono con la mano o con un teléfono de juguete. El juego simbólico es una expresión de su imaginación y creatividad.
A los 24 meses, nos tiene que alertar que el niño no tenga interés por las demás personas, especialmente los niños de su edad. El niño que tiende a aislarse en la escuela infantil o en el parque podría presentar un problema del desarrollo, por lo que es importante valorarlo bien si esto ocurre. Además, a esta edad nos preocupará también la ausencia de comportamientos de atención conjunta, que se refiere a la capacidad de compartir la atención hacia un mismo suceso e interés con sus cuidadores. Por ejemplo, si al bebé le llama la atención un perrito que ve en el parque, lo señala y mira.
Atención conjunta
A medida que los bebés crecen, desarrollan la capacidad de atraer la atención de los demás. Esto se conoce como atención conjunta. Por ejemplo, cuando un bebé ve un perro, puede buscar la reacción de su madre para ver qué cara hace. Si la madre mira al perrito, esto significa que el bebé está compartiendo su interés con ella. Este sentido de atención conjunta también ocurre cuando el padre señala un coche y el bebé mira hacia dónde apunta. Es importante que el niño tenga esta capacidad de comunicarse y compartir su interés con los demás.
Rutinas y rituales rígidos
A los dos años, es común que los niños tengan rutinas o rituales muy rígidos. Si reaccionan de forma exagerada cuando intentamos romper estas rutinas, puede ser difícil interpretar si es solo una respuesta típica de la etapa de los berrinches o si hay otros signos de alerta. Es importante evaluar si el niño muestra otros signos de desarrollo adecuado. Si no los hay, es probable que no haya ningún problema.
Desarrollo del lenguaje
Cada niño tiene su propio ritmo en el desarrollo del lenguaje. Algunos niños comienzan a hablar a los 18 meses, mientras que otros tardan hasta los 24 meses en empezar a soltarse. Sin embargo, existen algunos signos de alerta que debemos tener en cuenta:
- A partir de los 12 meses: si dejan de balbucear.
- A los 12 meses: si no entienden órdenes sencillas acompañadas de gestos.
- A los 15 meses: si no hay respuesta al "no" y al "adiós".
- A los 16 meses: si todavía no dicen ninguna palabra.
- A los 18 meses: si solo dicen "papá" o "mamá" y ninguna otra palabra.
Desarrollo del lenguaje en los niños
Los niños a medida que crecen, van adquiriendo habilidades de comunicación y lenguaje. A los 12 meses, deberían ser capaces de decir algunas palabras como "agua" o "pan". Además, podrían mostrar algunas partes de su cuerpo, como la cabeza o las manos.
Es importante enseñarles dónde están las diferentes partes de su cuerpo antes de que cumplan los 24 meses. Si a los 24 meses los niños aún no son capaces de formar frases de dos palabras, como "mamá casa", o tienen dificultades para entender instrucciones simples, como "cierra la puerta", es posible que necesiten atención adicional.
A medida que se acercan a los tres años, su habla seguirá evolucionando y comenzarán a usar frases más largas. Sobre los tres años, ya deberíamos entender aproximadamente el 75% de lo que dicen. Alrededor de los cuatro años, ya deberíamos entenderlos prácticamente por completo.
Es importante tener en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo del lenguaje. Algunos pueden tener dificultades para comenzar a hablar, pero eso no significa necesariamente que haya un problema grave de desarrollo. Si no hay signos de alerta en la parte social y afectiva, lo más probable es que solo necesiten un poco más de tiempo.
Si tienes dudas o ves signos de alerta en el desarrollo del lenguaje de tu hijo, es recomendable consultar con un pediatra. Ellos podrán realizar una evaluación individualizada y, si es necesario, derivar a un servicio de atención temprana.
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