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Hábitos de sueño: consejos para dormir mejor a tu bebé

Hábitos de sueños saludables en los bebés

Buenas noches y bienvenidos nuevamente a "Soy Tu Pediatra" y a este maratón de papás primerizos. El día de hoy vamos a hablar de un tema súper importante: los hábitos de sueños saludables en los bebés.

Por qué es importante este tema? A través del sueño, el bebé estimula su desarrollo y refuerza su sistema inmunológico. Por eso, desde el principio debemos garantizar que el bebé construya unos hábitos de sueños saludables.

Es importante tener en cuenta que este es un proceso evolutivo. Esto significa que dependerá de cada bebé y de cada etapa de su desarrollo. Los hábitos de sueño van cambiando etapa a etapa.

Tenemos dos invitados para hablar de este tema tan importante. Uno de ellos es el doctor Juan David Londoño, médico pediatra del CES, a quien todos conocen. Y también tenemos a Andrea, quien es neumóloga pediatra con entrenamiento en sueño.

¿Por qué es importante hablar del sueño y crear hábitos saludables?

Andrea, ¿nos puedes contar por qué es importante hablar del sueño y crear hábitos saludables?

Andrea: Es necesario tener en cuenta que lo que vamos a hablar está respaldado por evidencia. El estudio de la medicina del sueño ha crecido mucho, y garantizar una calidad adecuada del sueño tiene múltiples beneficios en los niños, como el crecimiento, el desarrollo intelectual, el aprendizaje y el comportamiento.

Como pediatra, también quiero resaltar la importancia que tiene para los padres. El descanso adecuado y la comprensión de cómo se comporta el hijo les permitirá tener la mejor disposición para cumplir con tareas como cambiar pañales o amamantar.

Importancia del descanso para el bienestar familiar

Un buen descanso es parte de la necesidad del ser humano. Sumado a lo que Andrés está diciendo sobre el bebé, es importante considerar el bienestar familiar en sí. Tanto papá como mamá también necesitan descansar cuando el niño se levanta durante la noche. Aclarar las dudas de las mamás es esencial.

Los patrones de sueño del bebé durante el embarazo

¿El bebé en el vientre de la mamá tiene hábitos o ritmo de sueño? Aproximadamente a las 28 semanas de gestación, el bebé comienza a reconocer estímulos como las caricias, la voz de la mamá y la música. Se cree que en este período también ocurren ciclos de sueño y movimientos similares a las fases de sueño activo y sueño calmo. Sin embargo, no se puede hablar de un sueño totalmente estructurado.

Los ciclos de sueño del recién nacido

En los primeros meses, el sueño del bebé depende de la necesidad de alimentación. El hambre, la saciedad y el sueño son respuestas básicas en esta etapa. Los ciclos de sueño son polifásicos, tanto durante el día como la noche. Es a partir del quinto o sexto mes que se puede hablar de un sueño más estructurado, en el cual el bebé responde a un ciclo circadiano de día y noche.

La importancia de mantener al bebé despierto durante la alimentación

Muchos pediatras sugieren que el bebé debe permanecer despierto durante la alimentación. Esto es importante para asociar la fase de alimentación con la vigilia. Desde los primeros meses de vida, se puede comenzar a educar al niño en hábitos de sueño. Durante la lactancia, es recomendable que el bebé no se duerma. Se puede estimular moviendo sus pies, acariciando sus mejillas y hablándole, para que entienda que la alimentación es un proceso activo.

El proceso de alimentación y sueño en los bebés

En la vigilia, cuando el bebé está despierto y después de alimentarse, es importante que también esté despierto para reconocer que la actividad de alimentarse está ligada al estado de vigilia. Es fundamental educar sutilmente en la higiene del sueño desde los primeros momentos.

Es recomendable que el tiempo de la noche sea más corto y con menos estimulación. La idea es que el bebé asocie la noche con la calma y el descanso, sin tanto ruido ni estímulos. Se trata de un proceso de alimentación corto y vuelve a su fase de descanso.

Algunas mamás pueden experimentar que sus bebés duermen periodos más largos durante el día y periodos más cortos durante la noche. Esto puede dificultar la inversión del ciclo circadiano. Sin embargo, cada bebé es diferente y puede responder metabólicamente de manera diferente.

Es normal que algunos bebés pidan alimento cada dos o tres horas, mientras que otros pueden pedirlo cada cuatro o cinco horas.

La fase en la que los bebés realmente deben dejar de pedir alimento por la noche comienza entre el quinto y sexto mes. Durante los primeros meses, es importante responder a las demandas del bebé y entenderlo metabólicamente.

La importancia de establecer rutinas de sueño

¿Quiénes son más activos durante el día y quiénes son más activos durante la noche? Los bebés no tienen desarrollados sus ciclos circadianos, es decir, aún no reconocen la diferencia entre el día y la noche. Sin embargo, es posible ayudarles a establecer una rutina de sueño desde una edad temprana. Esto se puede lograr despertándolos a una hora determinada cada mañana, aunque estén dormidos. Esto generará un hábito y les ayudará a reconocer cuándo es hora de levantarse. Esta práctica puede iniciarse desde muy temprano en la vida del bebé.

Estimulación temprana

Algunos estudios sugieren que a partir del tercer mes, es posible estimular a los bebés para que reconozcan los horarios de sueño y vigilia. Durante los primeros meses, se recomienda alimentar al bebé a demanda. Entre el tercer y el quinto mes, se puede empezar a establecer horarios más regulares.

Reconocimiento del día y la noche

Cerebralmente, los bebés empiezan a reconocer la diferencia entre el día y la noche entre el quinto y sexto mes de vida. A partir de este momento, se puede trabajar en crear una rutina de higiene del sueño para que el bebé comprenda cuando es el momento de dormir y cuando es el momento de estar despierto.

Creación de hábitos a medida que el bebé crece

A medida que los meses van pasando, es posible ir estableciendo hábitos de sueño en etapas. Durante los primeros meses, se recomienda no estimular demasiado al bebé durante las noches. Sin embargo, a medida que va creciendo, se pueden utilizar diferentes estrategias. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Utilizar una rutina de sueño a partir del tercer mes
  • Estimular al bebé con una voz cálida y anticiparle lo que va a suceder
  • Crear rutinas de sueño que se repitan

Conclusiones

Establecer rutinas de sueño desde una edad temprana es fundamental para ayudar a los bebés a reconocer los horarios de sueño y vigilia. A medida que van creciendo, es posible ir creando hábitos y rutinas que les ayuden a tener un mejor descanso. La estimulación temprana y la creación de rutinas son herramientas importantes en el cuidado del sueño de los bebés.

Preparándose para la rutina

Muchas veces, cuando los padres se enfrentan al cuidado de sus bebés, se sienten abrumados por la cantidad de información disponible. Sin embargo, no es necesario adquirir muchas cosas para empezar una rutina. Simplemente se trata de prepararse mentalmente y establecer horarios consistentes.

Crear estímulos sencillos

Uno de los primeros pasos para establecer una rutina es introducir estímulos sencillos, como un baño relajante, un masaje suave o una conversación calmada. Estas actividades pueden realizarse antes de dormir, ayudando al bebé a asociarlas con el momento de descanso. También es importante fijar horarios regulares para dormir y despertar.

El cambio de alimentación nocturna

A partir del sexto mes, los bebés no deberían necesitar alimentación durante la noche. Esto puede generar angustia en los padres, pero es importante comprender que el bebé puede dormir toda la noche sin problemas. Es normal que la noche sea demandante, pero si el bebé tiene una buena condición fisiológica, puede dormir hasta las 5 de la mañana sin necesidad de despertar.

Destacado: Es fundamental comprender que cada bebé es diferente y puede haber casos donde duerman toda la noche antes del sexto mes. No hay nada que lo determine, simplemente puede suceder.

Calidad del sueño

Intervenir para mejorar la calidad del sueño del bebé puede comenzar desde temprana edad. Establecer rutinas desde los dos o tres meses, y realizando cambios sutiles, puede ayudar en este proceso.

Es posible que algunos bebés tarden un poco más en establecer un patrón de sueño adecuado, pero con paciencia y constancia se logrará. Por ejemplo, puede haber casos donde el bebé comience a despertar para pedir comer nuevamente a los siete meses, pero esto es parte del proceso.

Destacado: En la educación del bebé, el establecimiento de rutinas tempranas es clave para mejorar la calidad del sueño.

El embarazo, la lactancia y el cuidado de los bebés son etapas fundamentales en la vida de una mujer. En este artículo, te brindaremos una guía completa con toda la información que necesitarás durante este proceso.

La alimentación de los bebés

La alimentación de los bebés es un tema que genera muchas dudas y controversias. A partir de los ocho meses, los bebés no deberían necesitar ninguna alimentación adicional. Sin embargo, entre los seis y los ocho meses pueden surgir algunas preferencias o necesidades individuales.

Pero fijo fijo después de los ocho meses no deberían pedir ningún tipo de alimentación.

Esto dependerá de cómo vayamos educando a nuestros hijos y de las preferencias de cada familia. Es importante tener en cuenta que cada situación es única y que no podemos generalizar.

El apego entre mamá e hijo

El apego entre mamá e hijo es un tema complejo y puede generar controversia. Algunas familias practican el co-lee y permiten que el bebé duerma al lado de la mamá. Esto puede generar un relacionamiento diferente y situaciones duales.

Hay gente que practica el colecho y seguramente más adelante lo hablaremos.

La decisión de permitir o no el colecho dependerá de cada familia y de cómo se sientan cómodos. No podemos obligar a una mamá a hacer algo que no sienta en su corazón. Siempre es importante hacer una reflexión personal y asumir las consecuencias de nuestras decisiones.

El sueño del bebé

El sueño del bebé es otro aspecto importante en el cuidado de los más pequeños. Algunas personas consideran que es bueno acostumbrar al bebé a que se duerma solo, mientras que otras creen que es mejor acostarlo somnoliento pero despierto.

Es malo que hay que acostumbrarlo a que se duerma solo que de hecho no hay que acostarlo en la cama completamente dormido.

Cada familia tiene su propio modelo de crianza y es importante respetarlo. También es fundamental leer las señales de la familia y adaptar las recomendaciones de sueño a sus necesidades individuales.

La importancia de un sueño adecuado

Hay una mamá cansada, pero no una mamá con depresión asociada a la privación de sueño. Esto puede funcionar para esa familia, pero si hay un papá agotado que tiene que ir a trabajar, los niños pueden volverse más irritables e hiperactivos, y nadie los calma ni entiende por qué. En estas situaciones, la dinámica familiar debe cambiar y posiblemente las rutinas deben replantearse.

Libros recomendados para padres y profesionales de la salud

Existen dos libros recomendados para padres y profesionales de la salud en estas situaciones: "Duérmete niño" y "Dormir sin lágrimas". Sin embargo, es importante tener en cuenta el tipo de crianza que se está practicando. Si se desea dormir con el niño y alimentarlo cada dos horas durante toda la noche, está bien. Pero si esto está causando agotamiento y afectando la dinámica familiar, se deben tomar medidas para optimizar las rutinas de sueño y buscar una respuesta diferente.

Satanizar o no una u otra opción

No se debe satanizar ninguna opción. Cada tipo de crianza tiene sus ventajas y desventajas, y lo más importante es que los padres estén dispuestos a asumir la opción que elijan. No podemos decir que una opción es mejor que la otra, simplemente son distintas. Por ejemplo, si como padre te sientes cómodo cargando a tu hijo toda la noche, está bien. Pero también es importante no satanizar a aquellos que quieren implementar rutinas de sueño más estructuradas.

El llanto del bebé

La idea no es dejar al bebé solo llorando ni encerrado en una habitación con cascaritas de huevo, sino acompañarlo para ayudarlo a conciliar el sueño nuevamente. Sin embargo, también es válido preguntarse quién define cuál es el punto en el cuál dejar llorar al bebé puede tener consecuencias negativas. Es importante recordar que cada situación es diferente y que no se puede generalizar. Si uno asume que no pasará nada si deja llorar al bebé en ciertas circunstancias, también debe asumir la misma postura en otras.

Conclusiones

No se trata de buscar una única respuesta correcta, sino de adaptarse a cada situación y buscar soluciones que funcionen para cada familia.

Me levanto dos años. Yo tengo dos hijos, mi primer hijo dormido de siete meses. Mi segundo hijo dormía y me se levantaba toda la noche. Esa pedirte, pero yo se lo daba, yo no lo iba a dejar y para mí no fue problema.

Después cambio el tetero por pasarse a la habitación. Isa que lo de la habitación y a los 11 años dijo "Me quiero ir a dormir solo. Hágale viejo, no pasa nada. Eso no dura toda la vida". Pero no es satanizar, yo creo que aquí el punto que genera debate es que somos muy extremistas, en ocasiones lleguemos a puntos medios y respetemos decisiones de los padres, que sería lo que yo creía que lo más ideal porque no falta la que le diga "se deprime porque estoy" pero también me da un pesar terrible que mi hijo se sienta angustiado, pero pero ven tú lo vas a acompañar, vas a estar al lado. Yo me acuerdo de una paciente que quiero mucho se llama Lina y yo me acuerdo que Pedro le decía "ahí loco en esta casa No pedimos en la noche comida hermano tocó que durmieras solo los bacanes pues" y el pelado Yo creo que ni lloró ni nada listo y el pelado se acostumbró a que no se le daba leche en la noche. Y así fue cierto y no hubo ningún problema ni ninguna presión.

Yo quisiera preguntarte Andrés sobre el tema de de bueno se me escapa se me escapa lo quería así cuando estaba hablándole. Pero entonces sigue tú conoces, yo obviamente. Bueno antes de pasar las preguntas de las mamás porque hoy tenemos muchísimas. Esto está mejor dicho pregunta tras pregunta. Estábamos hablando ahorita de cómo hacer para lograr que el bebé tenga una sueños saludable durante toda la noche. Pero entonces digamos que ahí también una cosa es que el niño hace unas digamos fiestas o duerme unas temporadas en el día. ¿Debería yo como mamá limitar esos horarios de sueño en el día para que en la noche me duerma completamente y cuánto sería el tiempo recomendable o definitivamente puede hacer las dos cosas?

Definitivamente puede hacer las dos cosas. Y de hecho, cuando uno cuenta el tiempo total de horas que debe dormir un niño, lo cuenta con las siestas incorporadas. Todos los niños deberían hacer siestas, eso también es algo fisiológico. Y eso se quita de manera fisiológica también por un proceso de maduración cerebral, más o menos entre los tres y los cuatro años. Sí, entonces antes de los cuatro años todos los niños pueden hacer siesta. Más o menos decimos que no tengan ciertas más de dos horas porque eso sí podría afectar un poquito la rutina ya en la noche. Pero realmente que tu niño de un año por ejemplo duerma digamos de 8 de la noche a 5 de la mañana y a las 10 de la...

La importancia de las siestas

En el desarrollo de los bebés, las siestas juegan un papel fundamental. Es necesario que comprendamos cómo establecer este hábito de sueño saludable desde temprana edad.

El tiempo de las siestas

Es importante respetar el tiempo y la duración de las siestas de nuestros bebés. No debemos obligarlos a tomar siestas más largas o más cortas de lo que necesiten. Lo ideal es que las siestas tengan una duración de una a dos horas, dependiendo de la edad del bebé.

La rutina de sueño

Establecer una rutina de sueño es fundamental para que los bebés aprendan a dormir adecuadamente. Es recomendable que las siestas se realicen a la misma hora todos los días, creando así un hábito saludable de descanso.

El entorno durante las siestas

Es importante que el bebé comprenda que durante las siestas es de día. Por lo tanto, no debemos alterar el ambiente con luces apagadas o ruidos reducidos. Las siestas deben realizarse en un entorno normal y familiar para que el bebé asocie el sueño con el día.

El término fisiológico

El término "fisiológico" hace referencia a lo natural y propio del cuerpo. En el caso de las siestas, se refiere al descanso que el cuerpo necesita de manera natural. Es importante que entendamos esta necesidad y la respetemos.

El tiempo de sueño según la edad

Es importante establecer un tiempo mínimo y máximo de sueño según la edad del bebé. Los pediatras recomiendan seguir las pautas establecidas por la Academia Americana del Sueño. Estas pautas nos ayudarán a garantizar que nuestros bebés duerman la cantidad adecuada de horas.

Horas de sueño recomendadas para los bebés

A lo largo de distintas edades, los bebés requieren una cantidad específica de horas de sueño. En el primer año de vida, se sugiere que duerman entre 14 a 16 horas diarias. Entre el primer y el segundo año, la cantidad de horas disminuye a 12 a 14. Entre los tres y los seis años, el rango se reduce a 12 horas. Entre los seis y los 12 años, se recomiendan de 9 a 11 horas. En la adolescencia, el promedio debería ser de 8 a 10 horas y en la etapa adulta, se estima que 8 horas son suficientes.

El desafío de preparar a un niño para la escuela

Preparar a un niño para su ingreso al colegio puede ser todo un reto. Además de las habilidades académicas y emocionales que se deben fomentar, es importante establecer una rutina de sueño adecuada. ¿Cómo lograr esto?

Para empezar, es fundamental respetar las horas de sueño recomendadas para la edad del niño. En el caso de los bebés menores de 1 año, el mínimo de horas deberían ser 12.

En cuanto a los niños que ingresan al colegio, se debe asegurar que duerman lo suficiente durante la noche para estar descansados durante el día. Esto implica establecer una hora de ir a la cama y limitar las actividades estimulantes antes de dormir.

La importancia del sueño en los bebés activos

Es común que algunos bebés sean más activos que otros, lo cual puede generar preocupación en los padres respecto a la calidad de su sueño. Sin embargo, incluso para los bebés más activos, la recomendación mínima de horas de sueño se mantiene en 12 horas para recién nacidos y por encima de un año.

Es fundamental verificar que el bebé no tenga problemas como reflujo o dificultades con la alimentación que puedan afectar su sueño. Si el bebé es activo durante el día, es importante establecer una rutina tranquila y relajada para promover el descanso.

La cantidad adecuada de sueño garantiza un desarrollo saludable y un bienestar general en los bebés.

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