alimetacion durante la lactancia

La importancia de una alimentación saludable para prevenir cólicos y reflujo en tu bebé

La importancia de la alimentación de la mamá que amamanta

Amigos, muy buenas noches. Una vez más tenemos la oportunidad de estar con ustedes para hablar sobre un tema muy interesante y actual: la alimentación de la mamá que amamanta. ¿Por qué es tan importante este tema?

Detrás de algo que aparentemente es natural y que no habría prácticamente muchas cosas que aprender, los seres humanos parecemos haber ignorado y descuidado las reglas naturales. Durante mucho tiempo hemos evolucionado y en este momento, de alguna manera, la civilización y el nuevo estilo de vida nos han hecho perder de vista lo fundamental: lo que la mamá está comiendo antes, durante y después de la gestación tiene relación con la salud del bebé.

Esta relación entre la alimentación materna y la salud del bebé se ve reflejada en enfermedades a corto, mediano y largo plazo. Por eso es importante tratar este tema de forma adecuada.

Los sistemas de autocontrol

Vamos a hablar primero de algo relativamente sencillo de entender: los sistemas de autocontrol. Todos los seres humanos tenemos algo llamado sistemas de autocontrol o autorregulación, los cuales incluyen el sistema nervioso emocional o psíquico, el sistema nervioso central o neurológico, el sistema endocrino o hormonal, el sistema inmune, el sistema metabólico y el sistema genético o epigenético.

Estos sistemas de autocontrol están interconectados y se influyen mutuamente. La alteración de uno de estos sistemas puede repercutir en la falla de los demás. No podemos abordar un problema metabólico sin tener en cuenta el sistema inmune, el sistema hormonal y el sistema nervioso central. Todo está conectado en el ser humano.

Por ejemplo, una persona que sufre de obesidad puede presentar mayor ansiedad, mayor prevalencia de trastornos emocionales como bipolaridad y depresión, mayor deterioro cognitivo y mayor probabilidad de desarrollar enfermedades como el Alzheimer. Además, la obesidad está asociada con problemas hormonales como el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico y la infertilidad.

También existe una tendencia familiar en ciertos tipos de cáncer, alergias y enfermedades genéticas y epigenéticas, lo cual puede transmitirse de generación en generación.

La importancia de la alimentación durante la lactancia

Estos comentarios nos llevan a reflexionar sobre la importancia de la alimentación de la mamá que amamanta. En condiciones normales, no hay muchas complicaciones, pero es relevante tener en cuenta los antecedentes familiares y los factores hereditarios que pueden tener incidencia en el bebé, como el reflujo y los cólicos.

Es fundamental cuidar la alimentación de la mamá durante la lactancia, ya que lo que ella consume puede afectar al bebé. Una dieta equilibrada y saludable, rica en nutrientes esenciales, ayudará a mantener la salud tanto de la mamá como del bebé.

Herencia genética y programación fetal en la salud de los bebés

La herencia genética y la programación fetal juegan un papel importante en la salud de nuestros hijos. En el caso de la herencia genética, existen muchas probabilidades de que los niños puedan heredar ciertos problemas emocionales, neurológicos, endocrinos, inmunológicos y metabólicos de sus padres.Estos problemas pueden incluir ansiedad, bipolaridad, depresión, epilepsia, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, alergias, enfermedades autoinmunes, diabetes y obesidad.

Herencia genética

La herencia genética se transmite a través de nuestros genes y puede predisponer a nuestros hijos a ciertas condiciones de salud. Por ejemplo, si uno de los padres tiene trastorno por déficit de atención con hiperactividad, existe una mayor probabilidad de que sus hijos también lo desarrollen. Lo mismo ocurre con condiciones como el autismo, la esclerosis múltiple, el Parkinson y la epilepsia.Estas condiciones tienen una tendencia familiar y pueden transmitirse de una generación a otra.

Programación fetal

La programación fetal se refiere a las situaciones que ocurren durante los nueve meses de gestación y pueden afectar el desarrollo del feto. Estas situaciones pueden tener impacto emocional, neurológico, hormonal, inmunológico, metabólico y genético en el bebé.Por ejemplo, la gestante puede experimentar ansiedad, depresión, estrés o infecciones durante el embarazo, lo que puede influir en el desarrollo del sistema nervioso, hormonal y metabólico del bebé.

Factores que afectan la programación fetal

Existen varios factores que pueden afectar la programación fetal y causar problemas de salud en los niños. Algunos de estos factores incluyen infecciones durante el embarazo, como infecciones virales o vaginosis, problemas inflamatorios, y condiciones maternas como el síndrome de ovario poliquístico, pubertad precoz, alergias, enfermedades autoinmunes, obesidad y diabetes.Estas situaciones pueden tener repercusiones en el desarrollo del sistema nervioso central, el sistema inmunológico y el metabolismo de los bebés.

La importancia de la programación fetal

La programación fetal es un proceso crucial durante el embarazo que puede tener un impacto significativo en la salud futura del bebé. Factores como el sufrimiento fetal, las deficiencias nutricionales o las complicaciones del parto pueden influir en el desarrollo de problemas a corto, mediano o largo plazo. La inflamación y la activación anormal del eje hipotálamo pituitaria adrenal son fenómenos comunes en estos casos.

La influencia de la programación fetal en la salud

La programación fetal afecta a múltiples sistemas de autocontrol, incluyendo los sistemas emocionales, neurológicos, hormonales e inmunológicos. Estos efectos pueden contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles en el futuro. Además, se ha demostrado que algunos marcadores inflamatorios pueden estar presentes en la sangre del cordón umbilical, lo que indica una predisposición a la inflamación desde el nacimiento.

El papel del eje hipotálamo pituitaria adrenal

El eje hipotálamo pituitaria adrenal es un sistema neuroendocrino clave en la respuesta al estrés. Sin embargo, cuando existe una alteración anormal en este eje, puede desencadenar problemas en los sistemas de autorregulación del niño. Por ejemplo, un aumento anormal de los niveles de cortisol y adrenalina puede tener un impacto negativo en el desarrollo de estos sistemas.

Prevenir problemas desde la gestación

Es fundamental tomar medidas preventivas durante el embarazo para evitar posibles alteraciones en la programación fetal. Esto puede incluir una nutrición adecuada, evitar situaciones estresantes y recibir la atención médica necesaria. Aunque es importante destacar que algunos factores de riesgo son inevitables, como los mensajes hereditarios y la programación fetal, existen acciones que los padres pueden tomar para mejorar la salud de sus bebés desde el inicio.

En este artículo, abordaremos problemas comunes que pueden surgir durante el embarazo y que se heredan. Es importante entender que el reflujo y el cólico, en mi opinión, no son situaciones normales y deben ser motivo de consulta con los pediatras. En el pasado, estas condiciones prácticamente no existían, ni siquiera se mencionaban en los libros o cátedras de pediatría. Sin embargo, en la actualidad, el 60% de los bebés sufren de reflujo o regurgitación y el 30% tienen cólicos.

El reflujo y el cólico

Considerar estas condiciones como normales es un error. Aunque pueden aparecer y desaparecer, no deberíamos tomarlas a la ligera. Existen diversos factores que pueden contribuir a su desarrollo, desde la genética hasta problemas durante el embarazo o en el feto. Este proceso también puede desencadenar otros problemas emocionales, neurológicos, hormonales, inmunológicos, metabólicos y genéticos. Por lo tanto, el reflujo y el cólico solo representan la punta del iceberg.

El proceso mórbido

En mi opinión, es fundamental entender que el reflujo y el cólico no se deben solo a intolerancias alimentarias o a proteínas de la leche de vaca. Estas condiciones son solo las primeras manifestaciones en los primeros meses de vida del bebé. Sin embargo, existen otros problemas que pueden surgir a medida que el niño crece, como alergias. Es importante reconocer y abordar el fondo de este proceso mórbido para garantizar la salud del bebé.

Problemas digestivos en los bebés

Los bebés pueden experimentar una variedad de problemas digestivos, como reflujo y cólicos. Estos trastornos gastrointestinales funcionales pueden causar dificultades respiratorias, congestión nasal y problemas de piel. Además, los bebés que sufren de reflujo y cólicos tienen una mayor prevalencia de problemas intestinales a largo plazo, como mala digestión, vómitos, dolores abdominales, deposiciones irregulares y malestares digestivos.

Estos problemas de mala digestión pueden manifestarse desde los primeros meses de vida y persistir durante el primer año, e incluso hasta el segundo y tercer año de vida.

Los niños que han tenido reflujo y cólicos desde temprana edad suelen presentar síntomas como mal aliento, flatulencia, heces irregulares, distensión abdominal, cólicos y otros malestares digestivos. Estos síntomas pueden ser indicativos de problemas digestivos subyacentes.

Relación entre los problemas digestivos y otros trastornos

Los problemas digestivos en la infancia pueden tener implicaciones más amplias. Por ejemplo, los niños que experimentan reflujo y cólicos a una edad temprana tienen una mayor probabilidad de desarrollar alergias y otros trastornos digestivos. Estos trastornos pueden manifestarse con síntomas como hiperactividad, dificultades para dormir, irritabilidad y ansiedad.

Además, algunos niños con problemas digestivos pueden desarrollar trastornos neurológicos, como el autismo. Esto se debe a la sensibilidad del cerebro del niño a las alteraciones epigenéticas durante el embarazo y los primeros meses de vida.

Es importante reconocer que el reflujo y el cólico son solo la punta del iceberg en términos de problemas de salud que pueden surgir en la infancia.

Influencias desde la gestación

Se ha observado que los niños inflamados y alérgicos con problemas digestivos frecuentes, como el reflujo y los cólicos, pueden desarrollar otros problemas de salud en etapas posteriores de la vida. Estos problemas incluyen trastornos hormonales, como el ovario poliquístico y la pubertad precoz, así como trastornos del ánimo, como la depresión y la ansiedad. Todo esto puede tener sus raíces en la gestación, con efectos epigenéticos que afectan tanto la programación fetal como la genética de los padres.

Es esencial llevar un seguimiento adecuado de la salud digestiva de los bebés para prevenir posibles complicaciones en el futuro.

¿Qué son las enfermedades epigenéticas?

Las enfermedades epigenéticas son aquellas que se producen debido a cambios en el epigenoma, que es la envoltura bioquímica de los genes. El epigenoma recibe información del medio ambiente celular, que a su vez puede recibir información del medio ambiente materno. Cuando esta información no es adecuada, se producen alteraciones en el epigenoma, lo que puede activar o desactivar genes y dar lugar a enfermedades.

¿Cómo se transmiten las enfermedades epigenéticas?

Las enfermedades epigenéticas pueden transmitirse por herencia de los padres o pueden ser el resultado de la programación fetal en el útero. Durante la gestación y los primeros meses de vida, que son los períodos de mayor vulnerabilidad, se están formando los órganos a una velocidad impresionante. Esto hace que sea más fácil que se produzcan alteraciones epigenéticas en este momento.

El papel de la epigenética en el desarrollo de los órganos

Después del nacimiento, los órganos continúan su proceso de desarrollo y deformación. Incluso el cerebro sigue madurando a medida que el niño crece. Por ejemplo, las neuronas continúan desarrollando sus conexiones y la mielinización puede llevar mucho tiempo. El hipocampo, una zona del cerebro, sigue produciendo nuevas neuronas y las sinapsis, las conexiones entre ellas, se forman a una velocidad asombrosa en los primeros meses de vida.

Estas alteraciones pueden tener lugar durante la gestación y los primeros meses de vida, momentos de máxima vulnerabilidad. La epigenética también juega un papel fundamental en el desarrollo y maduración de los órganos, como el cerebro.

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Desarrollo de los órganos y cambios epigenéticos

Es importante entender cómo se desarrollan los órganos durante el embarazo y los cambios epigenéticos que ocurren en este proceso. Durante los primeros meses de la gestación, existe una mayor probabilidad de daños genéticos que pueden llevar a enfermedades a futuro. Sin embargo, a medida que nuestro sistema de autocontrol se estabiliza, el riesgo disminuye en la edad escolar, la adolescencia y la adultez.

Es fundamental intervenir en la gestación y en la primera infancia, ya que la vulnerabilidad epigenética es alta en este periodo. Para controlar los factores ambientales agresivos, es crucial prestar atención a la alimentación de la mujer antes, durante y después de la gestación.

Además, podemos intervenir en la segunda infancia y en la vida adulta, pero al ver las curvas de probabilidad de enfermedad, notamos que cuanto más tardía sea la intervención, mayor es el riesgo de enfermedades en la adolescencia y la juventud. Actuando de forma temprana en la gestación y en los primeros meses o años de vida, podemos evitar la transmisión hereditaria de enfermedades y la programación fetal.

Modificación del ambiente

Para contrarrestar los efectos negativos de la genética y la programación fetal, es necesario modificar el ambiente en el que los niños se enfrentan después de la gestación. Aunque los pediatras reciben al niño cuando nace, es importante comprender cómo fue la gestación y el parto, así como cualquier problema o tratamiento médico que haya ocurrido.

Si modificamos el ambiente en el que se desarrolla el niño, es probable que podamos anular la influencia de los factores genéticos y la programación fetal, disminuyendo así la probabilidad de enfermedades. La intervención temprana y un ambiente saludable pueden prevenir muchas de las enfermedades que podrían transmitirse desde la gestación o la genética heredada.

Tenemos la capacidad de hacerlo. Como neonatólogo, puedo asegurarles que intervenir en un ambiente sano para los niños puede evitar muchas de las enfermedades que se relacionan con la genética y la programación fetal. No hacer nada aumenta el riesgo de que estas enfermedades se manifiesten.

Es fundamental intervenir en la gestación y en la primera infancia.

Ya que la vulnerabilidad epigenética es alta en este periodo.

Para contrarrestar los efectos negativos de la genética y la programación fetal, es necesario modificar el ambiente en el que los niños se enfrentan después de la gestación.

La intervención temprana y un ambiente saludable pueden prevenir muchas de las enfermedades que podrían transmitirse desde la gestación o la genética heredada.

Tenemos la capacidad de hacerlo.

Como neonatólogo, puedo asegurarles que intervenir en un ambiente sano para los niños puede evitar muchas de las enfermedades que se relacionan con la genética y la programación fetal.

Nosotros no intervenimos en el ambiente. Es el ambiente una vez que nace el que nos va a cambiar la historia de la vida de esos seres humanos. Aquí hay una cosa importante:

  • Miren ustedes, la alimentación y la microbiota interviene en la formación o en la estabilización de todos los sistemas de autocontrol.

La importancia de la microbiota

La microbiota es fundamental en el desarrollo de los seres humanos. La microbiota son de 1.5 a 2 kilos de bacterias en el intestino. Es tan importante que algunos científicos le llaman el "súper órgano" debido a sus efectos a nivel emocional, neurológico, hormonal, inmunológico, metabólico y genético. Nuestra alimentación puede influir en la salud de nuestra microbiota y, por ende, tiene efectos en nuestro organismo.

La influencia de la madre

La madre tiene un papel crucial en la salud de su hijo. Todo lo que ella coma y el estado inmunológico de su intestino y vías respiratorias son transmitidos al bebé a través de la sangre y la leche materna. Es importante destacar que no toda la leche materna es estéril, pero la calidad y tipo de bacterias que contiene dependen de la salud intestinal y alimentación de la madre.

El impacto de la alimentación

Si el intestino de la madre está en mal estado, la información inmunológica transmitida al bebé no será buena ni antiinflamatoria. Lo mismo ocurre si las vías respiratorias no están en buen estado. Por lo tanto, es crucial que la madre cuide su salud en general y especialmente su salud intestinal para proporcionar una información inmunológica saludable a su hijo.

Problemas intestinales durante y después del embarazo

Uno de los problemas más comunes que enfrentan las mamás durante y después del embarazo son los problemas intestinales. Estos pueden afectar la producción de leche materna y la salud intestinal del bebé. La salud intestinal de una mamá está directamente relacionada con la calidad de las bacterias que se transmiten a través de la leche materna.

Importancia de las bacterias intestinales

Las bacterias intestinales juegan un papel crucial en la salud de mamá y bebé. Si la mamá tiene una buena reserva de bacterias buenas, estas serán transmitidas a través de la leche materna y beneficiarán al bebé. Por otro lado, si la mamá tiene una alteración en sus bacterias intestinales, pueden transmitirse bacterias no tan saludables a través de la leche materna.

Factores que afectan la calidad de las bacterias intestinales

Existen varios factores que pueden afectar la calidad de las bacterias intestinales de una mamá. Algunos de ellos incluyen problemas de digestión, vivósisis y una alimentación poco saludable. Por ejemplo, si la mamá no tiene una buena digestión o si no se alimenta de forma saludable, las bacterias intestinales transmitidas a través de la leche materna pueden no ser las más beneficiosas para el bebé.

Recomendaciones para mamás lactantes

Es importante que las mamás cuiden su alimentación durante la lactancia para mejorar la calidad de las bacterias intestinales transmitidas a través de la leche materna. Se recomienda evitar alimentos fritos y grasas trans, ya que interfieren con la adherencia de bacterias buenas en el intestino. También es importante mantener una dieta equilibrada y saludable para evitar problemas intestinales y promover una microbiota intestinal saludable tanto en mamá como en bebé.

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